Deambulo... no tengo ganas de hacer
nada... ni siquiera de seguir con este teatro de vida que me ha tocado
vivir...¿para que? cuando parecia tenerla cerca...cuando más la necesitaba...se
escapó de entre mis dedos como la fina lluvia que ahora cae...
La avenida que hay junto al puerto nunca
me ha parecido tan abandonada y triste como ahora... el suave batir de las olas
rompiendo contra las rocas cercanas me llega como un debil susurro... un deje
de melancolia parece escapar en cada batida. Todo me parece mas triste y gris
que nunca.
Suplicando a mi mente que deje de evocar
el momento, maravilloso momento que pase junto a ella, me dirijo hacia el
antiguo muelle. Los años han hecho mella en la fragil estructura de madera con
signo de deterioro en bastantes puntos, al igual que a mi alma atormentada.
Cuando no tengo hambre o ya la he saciado
y aparece ante mi una noche como esta, siempre me encamino hacia este lugar...
llorando por dentro intentando, en vano, volver a estar con ella...sentirla de
nuevo junto a mi... arroparla con mi gabardina y oler su dulce perfume.
Como cada noche,casi hasta el amanecer,
pemanezco sentado al borde del viejo muelle con sus tranquilas olas... y vuelvo
a sentir el mismo temor.
No el temor del que se sabe que morira
dentro de poco...incluso peor que ese: El temor a que se olvide de mi y no
vuelva a verla...
Alzo la vista hacia tierra adentro con
los ojos vidriosos y aprecio una figura acercandose, distorsionada por la
lluvia...
¿Será ella? ¿tendré esa suerte?
Deseandolo con todas mis fuerzas y centrando la mirada en ese cuerpo que se
acerca poco a poco, anhelo que sea cierto... que por suerte, o quizas el
destino, nos haya juntado en ese lugar...ese dia...a esa hora...
ojala que así sea....
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